Capitulo
5; recordándote.
Al despertar sigo en casa de Lucas por lo que veo.
¿Qué ha pasado? ¿Por qué estoy aquí? A mi lado hay una carta de mi madre, Lucas
me la dio anoche. La vuelvo a leer para asegurarme de saber lo que pasó.
“Finnick, cariño, tu padre y yo te tenemos que
decir una cosa. Espero que no te hayamos decepcionado. Todo empezó hace tres
años, cuando tu padre y yo fuimos al médico del Distrito, a tu padre le tocaba
una revisión y tras horas y horas de pruebas le encontraron una… enfermedad. A
la que no tenia cura. Nos dijeron que la gente que tiene esta enfermedad no
suele salir con vida. No duraría más de cinco años. Y por lo visto, es verdad.
Lo siento tanto Finnick. Por no habértelo dicho, tu padre te quería, te quería
muchísimo.
Finnick, tu padre ha fallecido tres años más tarde
desde que le encontraron la enfermedad.
Volveré
dentro de una semana.
Te quiere,
mamá.”
Una lágrima cae por mi mejilla. Le quería tanto,
joder. Salgo de la cama, que al parecer es la de Lucas, y bajo al comedor. Está
Lucas sentado en el sofá, me siento a su lado.
-
Lo siento Finnick.
-
Yo también Lucas, yo también.- las
lagrimas aun siguen cayendo por mis mejillas, no voy a secármelas.- Me voy a mi
casa.- digo levantándome.
-
Te acompaño.- me dice amablemente.
Mientras vamos camino a mi casa me olvido de todo.
Solo tengo en mente la carta. ¿Por qué yo? ¿He? ¿Por qué? No entiendo nada.
Estoy deseando que todo esto sea una horrible pesadilla, me he pellizcado
varias veces para comprobarlo, pero no es así. Esto es real. Al llegar a mi
casa Lucas me pregunta que si se puede quedar un rato para hacerme compañía,
pero le contesto que no.
Necesito estar solo. Cuando llego a la cocina de
mi casa un grito de rabia y dolor sale de mi boca. Tras darle una patada a una
silla, que queda destrozada, me siento en el suelo con la cabeza entre las
piernas apoyado en la puerta principal. Solo lloro, no hago nada más que
llorar. No sé cuantas horas han pasado pero tres por lo menos porque es hora de
comer. “Tick, tock”. Suena en mi reloj anunciando que son las dos de la tarde,
pero no tengo hambre.
Solo tengo sueño, pero no voy a dormir, subo a
darme una ducha, me pongo algo cómodo y me voy a la playa. Me voy a mi lugar
secreto, nadie sabe donde es. Salgo y me dirijo hacia la derecha por la orilla
de la playa, a medio kilómetro más o menos hay un espigón, pues detrás hay una
cueva muy escondida. Es muy grande, pero solo se yo el sitio. Voy allí siempre
que necesito pensar. Me tiro horas y horas allí siempre que voy.
Hoy es 14 de Junio, el día que recibo la carta de
mi madre con la triste noticia. Dentro de tres días es mi cumpleaños, el 17.
Entonces dentro de casi dos semanas es la cosecha, el 28 de Junio. Si ganas los
Juegos estas en casa antes del 20 de Julio. Que lío Cuando llego a la cueva
pasan dos horas de mediodía, entonces empiezo a recordar cada momento que pase
con mi padre, cuando me enseño a utilizar el tridente, cuando abrió su tienda
de peces, cada tarde en la playa con él, buceando por el espigón buscando
caracoles de mar. Y más momentos que me vienen a la mente.
Pero el principal
fue hace más o menos un año, si, cuando cumplí 11 años. El me regaló un collar
en el que ponía mi nombre y colgaba otro colgante de un ancla y otro de un
tridente. Me lo saco del cuello y lo admiro durante 10 largos minutos. Me
recuerda tanto a él. Y empiezo a llorar otra vez sin ningún motivo. Pero para
mi el motivo de que mi padre se haya muerto es más que suficiente para llorar.
Cuando creo que ya no me quedan lágrimas por derramar debe de ser tarde porque
hay un precioso atardecer fuera.
El agua esta perfecta para nadar, así que me quito
las zapatillas y me meto en el agua. Nadar me tranquiliza muchísimo. No creo
que exista humano que viva en el Distrito 4 que no sepa nadar, excepto Annie
quizás. Es una sensación que no sé como describir. Primero nado pequeñas
brazadas y luego floto boca abajo y boca arriba. Es como si volaras, solo
escuchas el rugido de las piedras chocando con el agua y el latido del corazón
resonando dentro de mí. Me acerco lentamente hacia la orilla, no me apetece
nada salir pero se hace tarde. Mientras me seco me quedo mirando el mar y me
dirijo hacia mi casa.
Estoy más que muerto de hambre, así que me preparo
una buena merienda que me servirá de cena y todo.
*Ding, dong*. Ha sonado el timbre así que voy a la
puerta y me encuentro a Mark, Lucas e Iván jadeando y empapados de agua.
-
¿Qué os pasa?- pregunto asustado.
-
He, hemos visto a… a Annie.- Me quedo
en estado de shock, me cuesta reaccionar.
-
¿Estáis seguros de que era ella?
–asienten.- ¿Dónde? ¿Dónde estaba?
-
En la playa, a un kilometro de aquí
más o menos, pues hacia la izquierda. Estábamos por allí porque habíamos visto
a unos peces gigantes y los hemos empezado a perseguir y entonces la hemos
visto. Estaba tumbada en la arena.
Sin pensármelo dos veces salgo corriendo en la
dirección que me han indicado.
Oh!!! Me encanta este capítulo. Me ha echo pena lo del padre. Me encanta la historia
ResponderEliminarMuchas gracias! :3
EliminarQuee triste lo del padre de Finnick :(
ResponderEliminarOh dios, estoy deseando que se encuentre con Annie! ^^
un beeso
bueno pues habrá que esperar, otro para tii :3
EliminarAYYY NATALIA CASI LLORO CON LO DEL PADRE:'( Espero que subas capitulo pronto que quiero leer el encuentro con Annie^^
ResponderEliminarSi, la verdad es que da mucha pena, cuando yo lo releí me dio mucha pena... pero bueno. Claro que si, pronto lo veréis :)
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